Hay momentos que, por su significado y por la emoción que despiertan, quedan grabados para siempre en la historia de un centro educativo. En plena celebración del 50 aniversario de nuestro instituto, hemos vivido uno de esos instantes especiales gracias a la presencia —aunque fuera a través de una pantalla— de Jesús Parra, antiguo alumno y actualmente profesor en Nueva York.

Desde el primer minuto, la videoconferencia se transformó en un auténtico reencuentro. Jesús, con enorme cercanía y sinceridad, comenzó evocando sus vivencias como estudiante en estas mismas aulas: los pasillos, los profesores que marcaron su camino y hasta las anécdotas que siguen haciéndole sonreír tantos años después. Fue un viaje al pasado que conectó emocionalmente con todo el salón de actos, repleto de alumnado y profesorado deseoso de escucharle.

Pero la conversación no se quedó en la nostalgia. Con una honestidad que conmovió a muchos, Jesús habló de sus dudas, tropiezos y dificultades durante algunos cursos, y de cómo esos momentos, lejos de frenarlo, despertaron en él un profundo deseo de mejorar. Su mensaje dejó claro que los obstáculos forman parte del camino y que, con esfuerzo y constancia, pueden convertirse en auténticos motores de cambio.

A medida que avanzaba la charla, Jesús nos fue llevando hasta su presente: su vida en Nueva York, su día a día como docente en Nueva York y las experiencias que han moldeado su modo de enseñar. No faltaron momentos distendidos, como cuando nos habló de su papel como presidente de la Peña Bética de Nueva York, una anécdota que despertó sonrisas y demostró que, por lejos que uno esté, las raíces siempre acompañan.

El encuentro tuvo además un ingrediente muy especial: la presencia en el salón de actos de Alejo, su hermano y también antiguo alumno del centro. Su asistencia llenó la sala de emoción y dio al encuentro un aire familiar que todos agradecimos.

Las preguntas realizadas por el alumnado enriquecieron la sesión y evidenciaron el interés genuino por conocer el camino de alguien que un día estuvo sentado exactamente en las mismas sillas que hoy ocupan ellos. El acto concluyó con un interesante turno de preguntas de los alumnos presentes y un cálido aplauso, cargado de gratitud y orgullo. Fue mucho más que una videoconferencia: fue un puente entre generaciones, un recordatorio de lo que somos como comunidad educativa y una inspiración para quienes están construyendo su futuro. Aquí podéis ver el vídeo completo de la charla y fotos de tan emotiva experiencia.

IES VICENTE ALEIXANDRE
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